¿Alguna vez te has preguntado por qué ciertas personas poseen una tendencia muy poderosa a lograr todo lo que se proponen?

En el post de principio de curso hablábamos del compromiso con tus objetivos, factor fundamental para conseguir lo que te propongas. Pero, ¿cómo se concreta el compromiso, cómo valorar nuestro nivel de implicación en la consecución de nuestros objetivos? O dicho de otra manera, ¿qué precio estás dispuesto a pagar para conseguirlo?

Seguro que muchas veces habéis emprendido  proyectos que habéis abandonado a las primeras de cambio, por contratiempos, o porque os resultaban rutinarios o aburridos.
Hay un famoso chiste que habla de un borracho que busca algo en mitad de la noche bajo la luz de una farola. Al cabo de un rato un policía se acerca para preguntarle qué hace, a lo que el borracho responde: “Buscando las llaves de mi casa”. El policía se hace cargo de la situación y comienza él también a buscar las llaves. Después de unos minutos de búsqueda el agente le pregunta: “¿Está seguro que las ha perdido por aquí?”. A lo que el borracho responde: “No, las he perdido más allá en ese jardín, pero allí está muy oscuro y no podré encontrarlas”.

También nos puede pasar a nosotros. Buscamos donde está la luz porque nos es más fácil que PONER EL FOCO donde realmente queremos buscar.

La oscuridad nos da miedo y nos colocamos en la zona iluminada que conocemos. Te conviertes en tu peor enemigo y triunfa el “no seré capaz”.

El éxito está en convencerse que tienes el talento y la perseverancia para hacerlo. Y ¿cómo?

  • CONCENTRACIÓN: no dispersarse, dividir tu objetivo en pequeñas metas que se dirijan hacia él. Vigila tus hábitos diarios. Por ejemplo, si te has propuesto estudiar/trabajar un número determinado de horas al día, pon en silencio todo lo que te pueda distraer.
  • CONCRETA UN CALENDARIO: revisa diariamente tu grado de cumplimiento y tu compromiso con las tareas que te has propuesto. Empieza cada día por lo abandonado en días anteriores. Si pasados unos días te siguen quedando cosas por acabar, analiza para qué pospones esas actividades y, si hace falta, reorienta y renueva tu compromiso.
  • CONFIANZA: conserva el entusiasmo, y eso depende del propósito, el para qué lo haces. Tu objetivo debe ser ambicioso y tu determinación fuerte.

Si te das cuenta, te propongo un trabajo sobre tus fortalezas. Cuanto mejor las conozcas, más rendimiento sacarás de ellas.

Seguiré hablando de fortalezas en los próximos post. Mientras tanto, para este mes podrías preguntarte:

  • ¿Dónde estás poniendo el foco?, en lo positivo o en lo negativo.
  • ¿Cuán especifico, medible, alcanzable, realista y temporal es tu objetivo?
  • ¿Qué emoción está gobernando mi vida? ¿Me limita o me amplía mi horizonte de decisiones?

Ya varios de vosotros habéis empezado a trabajar la gestión de las emociones a través del taller EMOTIONAL FIT.

El miedo a equivocarse, a la incertidumbre, a salir de nuestra zona cómoda puede estar impidiendo que consigas tus sueños.

Por ello os recomendamos el nuevo taller que se iniciará en Enero para las personas que no pudieron asistir a la primera edición.

Gestiona mejor tus emociones y lidera tu vida.

Y ya sabes, ¡ponle emoción a tu vida!

 Cuca Vinaixa / Coach ejecutivo (ACC por ICF)